Llevamos ya tiempo hablando del criptoinvierno, que ya da señales de estar por concluir, pero si seguimos con la analogía de las estaciones del año, también tenemos que hablar de la primavera de las cadenas de bloques. Y es que, como ya llevamos tiempo recordando desde W3volution, las criptomonedas son solo una de las muchísimas aplicaciones prácticas de las cadenas de bloques. Y sí, es cierto que por ahora su uso es todavía minoritario, pero no debemos olvidar que también es creciente, y que esa senda alcista no hará más que incrementarse a corto, medio y largo plazo.
Para ello, no obstante, es necesaria la investigación. Gracias a la evolución de las mismas, y con la llegada de Ethereum, vimos nacer los smart contracts y, con estos, hemos ido viendo cómo sectores productivos de toda índole pueden beneficiarse de esta tecnología. Y esto es solo el principio pues, como te contábamos hace ya unas semanas, un estudio encargado por Cognizant a Economist Impact afirma que el 60% de las empresas adoptarán tecnologías Blockchain.
Hoy sabemos de una muy buena noticia, pues atañe a lo que indicaba anteriormente, la investigación. Y es que Hungría y Tailandia han suscrito un acuerdo para investigar, de manera conjunta, la tecnología Blockchain y todas sus posibilidades. Esta colaboración, que se oficializa mediante un MoU (Memorandum of Understanding, Memorando de Entendimiento) lleva la firma de las asociaciones de tecnología financiera de Tailandia y Hungría, y tiene como principal propósito facilitar a los sectores financieros de ambos países la adopción de las tecnologías de cadenas de bloques.
Es muy importante, en este punto, poner en valor la importancia de ambos países en el ecosistema de Blockchain. Según algunos estudios, tan solo en Tailandia podemos encontrar a uno de cada cinco inversores con criptomonedas, con estimaciones de que casi el 6.5% de la población posee criptoactivos. Esto no es casual, los reguladores taiwaneses llevan ya tiempo avanzando en este sentido, haciendo que el suyo, aunque limitador en algunos aspectos, sea un ecosistema particularmente propicio.
Del lado Húngaro nos encontramos con la Coalición Húngara de Blockchain, un grupo formado el pasado mes de marzo de manera conjunta por el Ministerio de Innovación y Tecnología del país y el Centro Nacional de Conocimiento de Datos y Economía, mientras que en la contraparte de Taiwán nos encontramos con la Asociación Tailandesa de Fintech, una organización sin ánimo de lucro fundada en 2016 y que, desde entonces, representa a la industria local de tecnología financiera.
El objetivo de este acuerdo de colaboración es compartir conocimiento en forma de experiencias, estudios y casos de éxito, así como explorar, de manera conjunta, aquellas áreas de negocio financiero que se puedan beneficiar de la seguridad e inmediatez que proporcionan las cadenas de bloques frente a los procedimientos tradicionales. Hablamos, por lo tanto, de una colaboración público-privada y de carácter internacional, que además puede marcar la pauta de futuras colaboraciones en este sentido. Y no solo del sector financiero, pues en realidad también otros muchos se pueden beneficiar de colaboraciones similares.
