Pensar en Del Monte, al menos para mí, es pensar en piña, en piñas peladas, troceadas y envasadas en su propio jugo, y que lo mismo sirven como snack entre horas, como postre o, incluso, como complemento a un exótico y delicioso cóctel (una piña colada con un aro de piña en el borde de la copa es como tener el Caribe en tu mano). Y sí, todavía es demasiado pronto como para pensar en una piña colada, pero el agujero en el estómago que hace acto de aparición al mediodía, quizá condicionado por esta noticia, está empezando a reclamar urgentemente algo de fruta… preferentemente piña.
Como gran multinacional del sector de la alimentación, ya puedes imaginar que Del Monte cuenta con múltiples proveedores de materia prima repartidos a lo largo y ancho del mundo, pues solo con la producción de una región en exclusiva sería imposible satisfacer su volumen de producción que es, a su vez, el de demanda de sus productos. Una producción global para un mercado global, una máxima ya bastante habitual en el mercado alimenticio.
Esto, no obstante, genera la necesidad de un estricto control de la trazabilidad, que permita identificar de manera inequívoca el origen de cada una de las frutas y verduras recibidas y procesadas por la compañía, pues dicha información puede resultar clave en determinadas circunstancias, que generalmente tienden a ser negativas. Y es que por ejemplo, ante un hipotético y nada deseable caso de detectar un problema con una partida concreta de producto, la trazabilidad marca la diferencia entre poder identificar el origen del mismo o, por el contrario, tener que poner en cuarentena toda la producción.
Por norma general, la logística tradicional puede llegar a convertirse en un delirio de documentos de todo tipo: albaranes, hojas de ruta, facturas, certificados de origen… Ya puedes imaginarlo, y esa es la razón por la que incluimos este sector entre uno de los muchos que se pueden ver muy favorecidos si adoptan Blockchain para su gestión. Y, sin duda, la trazabilidad no es sino una de las múltiples ramas de la logística.
Y hoy sabemos, por una nota de prensa oficial, que Fresh Del Monte se ha hecho con una participación del 39% en la start-up Decapolis, con el fin de adoptar soluciones de trazabilidad impulsadas por blockchain para el control de calidad. De esta manera, la multinacional implantará Decapolis Food Guard en sus planes de logística, que se basará en una combinación de cadena de bloques y de códigos QR que identificarán la producción desde su origen hasta que llega a los consumidores.
Y es que este es un punto muy interesante ya que, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los casos con las frutas y verduras, estos códigos QR certificarán la trazabilidad de extremo a extremo, permitiendo que ésta pueda ser revisada en cualquier momento del proceso, algo clave en un momento en el que los consumidores exigen cada vez más, y con toda la razón, un control estricto sobre el origen de los productos alimenticios que consumen en su día a día.
«Ahora más que nunca, los consumidores son muy conscientes de lo que contienen sus alimentos. Con esta tecnología de cadena de bloques, sabrán exactamente qué ha entrado en el producto y dónde ha viajado hasta el momento en que se compró para su consumo. Estamos entusiasmados de comenzar a implementar esta solución de trazabilidad en todos los productos de Fresh Del Monte«, dijo Mohammad Abu-Ghazaleh, presidente y director ejecutivo de Fresh Del Monte.
«Estamos en el negocio de hacer el bien. Nos embarcamos en este esfuerzo con plena confianza en nuestra empresa, nuestras ofertas, el servicio y las personas a las que servimos. Seguramente será una empresa prometedora y fructífera, un multiplicador de fuerza para trabajar que impacte positivamente en las comunidades, las familias y el futuro de la vida saludable y la tecnología para siempre. Seguimos firmes en el avance hacia nuestra visión de convertirnos en la plataforma de referencia global líder para el cumplimiento y la certificación del comercio de alimentos en todo el mundo«, afirmó por su parte Abedalrhman Habashneh, fundador y director ejecutivo de Decapolis.
