En plena época de recesión económica, una incógnita que sigue afectando a los inversores es saber dónde depositar su dinero. A pesar de la volatilidad y de la caída de sus niveles de cotización durante los últimos meses en el llamado ‘criptoinvierno’, las criptomonedas siguen dominando el mercado de las inversiones con un 12% frente al oro, que únicamente representa el 4%.
Según el estudio ‘La tenencia e inversión en oros y joyas’ presentado por la Fundación Montemadrid, el 38% de los españoles encuestados elegiría los lingotes de oro como opción de inversión si dispusiesen de 1.000 euros. El oro es percibido como el instrumento de inversión más rentable (en el 37% de los encuestados), seguro (35%) y comprensible (30%). No obstante, en la práctica, quienes finalmente apuestan por esta modalidad son los mínimos.
Aunque épocas atrás el arte y el oro han sido considerados como dos activos de plena rentabilidad, hoy en día hay otras opciones para los inversores como los depósitos a largo plazo (que representan el 17% de los planes de inversión), los fondos de inversión (15%), los planes de pensiones (13%), las acciones (10%) y las criptomonedas (9%).
Frente a estos clásicos destinos, las criptomonedas han empezado a ganar popularidad entre quienes buscan diversificar su cartera de inversión y obtener mayores beneficios a largo plazo. El 12% de los españoles asegura tener inversiones en activos digitales, siendo del 19% en Baleares y del 17% en Madrid.
A pesar de todo, la gran mayoría de los encuestados (el 86%) considera a las criptomonedas como un universo difícil de comprender y poco seguro, muy volátil e intangible. De hecho, y a pesar de su éxito entre los inversores españoles, tan solo para el 14% de los encuestados se consideran una opción rentable, a diferencia del oro, que genera un elevado nivel de satisfacción en el 58% de los casos.
Hay que tener en cuenta que el estudio se formuló durante el segundo semestre del 2022, cuando las criptomonedas experimentaron unas caídas históricas en sus niveles de cotización.
El oro, un clásico desconocido
Santiago Gil, director de elMONTE y de MonteOro (entidades pertenecientes a la Fundación Montemadrid), señala que para el 70% de los españoles el oro sigue siendo un gran desconocido al no tenerlo en cuenta como posible inversión al no saber que pueden comprar lingotes de oro.
En España no existe una cultura de inversión en el oro, además de por su desconocimiento por su percepción como producto de elevada inversión y exclusividad. Pese a ello, el oro se ha revalorizado en un 600% durante las últimas dos décadas y en un 10% en lo que va de 2023.
El desconocimiento de inversión se suma al temor y a la desconfianza que generan los clásicos establecimientos de ‘Compro Oro’. De hecho, si se tiene en cuenta un informe publicado por la Consejería de Economía y Hacienda de Madrid, es un sector afectado en el 60% de los casos por prácticas fraudulentas como las básculas trucadas, o en el 90% de los casos, por una desinformación al cliente sobre el precio por gramo de oro. Además, casi el 50% de los establecimientos no ofrecen al cliente un comprobante sobre la transacción realizada.
Actualmente se estima que en ocho de cada diez hogares españoles existen joyas, siendo el oro el metal predominante sobre la plata. No obstante, España no cuenta con la experiencia de otros países centroeuropeos como Alemania que poseen una gran experiencia en períodos de crisis y devaluaciones monetarias y que han visto históricamente la acumulación de lingotes y monedas de oro como un valor activo.
Es curioso, pero el informe recoge que solo el 36% de los españoles conoce realmente el valor de sus joyas y que el 41% ve en ellas una forma de inversión o ahorro a medio-largo plazo. Del mismo modo, en torno al 18% de los hogares ha solicitado un préstamo dejando una joya como garantía, mientras que el 52% se muestra con plena disposición de hacerlo en caso de precisar de liquidez.
Por consiguiente, y a pesar de las nuevas tendencias y del impulso de los activos digitales, el oro sigue siendo un elemento que genera valor, seguridad y confianza entre los usuarios. Si se consiguiese incrementar su cultura de inversión entre la mentalidad de los españoles, éste volvería a sus niveles de años atrás.
