Plantearse un proyecto piloto basado en Blockchain dentro de una red se puede antojar complicado o inalcanzable para ciertas organizaciones con pocos conocimientos o recursos. Sin embargo, cuando más de 200 empresas privadas y entidades públicas están dentro de una red puede que sea más atractivo. Y así es la red Alastria.
Esta asociación multisectorial con miembros procedentes de grandes empresas, medianas y startups, pero también de entidades del sector público y de asociaciones cuenta con una red pública-permisionada desde la que cualquier socio puede desplegarse nodos.
La asociación sin ánimo de lucro fue creada en 2017 con la visión de democratizar el acceso a Blockchain en España, pero también con una vocación de organismo internacional.
Los socios de Alastria tienen dos redes operativas (Red-T y Red-B). La primera está construida sobre tecnología Quorum. La segunda de las redes (Red-B) está construida sobre Hyperledger BESU.
Alastria, una red «agnóstica»
Estas redes son «agnósticas» por lo que no se “casan” con una sola plataforma sino que pueden desarrollarse en diferentes tecnologías, según las necesidades y desarrollos. De hecho, la asociación sigue trabajando en la creación de una tercera red, basada en Hyperledger Fabric.
Dentro de estas redes son muchas las empresas que han ido desplegando sus proyectos para después consolidarlos en otras o ponerlos en marcha. De ahí, la asociación ha sacado diferentes casos de uso relacionados con la identidad digital (donde Alastria ID es una referencia), el transporte y la logística, el negocio inmobiliario, de salud o la banca, entre otros.
Entre los casos de éxito destacan, por ejemplo, la primera plataforma utilizada por corporaciones como Repsol, Bankia, Cepsa, MAPFRE o Banco Sabadell para gestionar su identidad digital con Alastria ID. O la plataforma de soluciones de trazabilidad y autenticidad e integridad de datos, basados en biometría, desarrollados por NeoCheck.
Y es que asociaciones como Alastria demuestran que cuajar proyectos basados en Blockchain es factible y cada vez más común. Una tecnología idónea para el registro, la certificación de origen y trazabilidad, los sistemas de pago, la identidad digital, los contratos y resolución de controversias y la fidelización del cliente.
