Todos estamos de acuerdo en que, al hablar de Bitcoin, el primer nombre que nos viene a la cabeza es Satoshi Nakamoto (aunque en realidad no sea un nombre, sino un pseudónimo). Y es lógico, al fin y al cabo fueron su mensaje en la newsletter y su paper los que dieron el pistoletazo de salida a Bitcoin. Sin embargo, junto al de Satoshi hay otros nombres que también son clave en la historia y el desarrollo de Bitcoin, y sin ningún género de dudas, Gavin Andresen se encuentra en esa lista.
Nacido en Melbourne, Australia, en 1966, se traslada aún siendo un niño a Estados Unidos, donde reside en lugares tan dispares como Seattle, Anchorage (Alaska) y, finalmente, el Valle de Santa Ynez, California, a unas 250 millas de otro valle que, por aquellos entonces, y aún hoy en día, se convertiría en el epicentro de lo que, para Gavin Andresen, primero fue un gran interés, y que posteriormente se convirtió en su profesión: la tecnología y, más concretamente, la informática.
Licenciado en Ciencias de Computación por la Universidad de Princeton en 1988, rápidamente empieza a trabajar en el sector tecnológico, donde desarrolla una notoria carrera, en la que podemos destacar el hito de ser el principal artífice de la especificación VRML 2.0. En sus primeros años en activo trabajó en Silicon Graphics Computer Systems (SGI), dando posteriormente el paso de crear su propia empresa, Wasabi Software, donde puso en valor todo lo aprendido durante su periplo en SGI para crear en 1998 SkyPaint, un plugin para Photohop que permitía crear y editar vistas 3D de 360 grados.
Posteriormente también participó en el desarrollo de otras herramientas de lo más variado, desde un sistema de gestión y publicación de contenidos (CMS) hasta en el desarrollo de tecnologías de voz sobre IP. Era la primera década de este siglo, un momento en el que coincidieron los booms de bastantes tecnologías, lo que explica que su currículum sea tan variado e interesante.
Gavin Andresen y Bitcoin
La primera relación documentada entre Andresen y Bitcoin se produce a mitades de 2010, cuando tiene conocimiento por primera vez sobre la criptomoneda y las cadenas de bloques. Como toma de contacto, decide adquirir de 10.000 bitcoins, lo que le supuso un desembolso de alrededor de 50 dólares. Sin embargo, lo verdaderamente importante es que empieza a mostrar un gran interés por esta nueva tecnología, al punto de implicarse en su desarrollo.
Esto lo llevaría a crear conceptos muy importantes como los faucet Bitcoin y, de este modo, a ir escalando posiciones en el, por aquellos entonces todavía pequeño, ecosistema de Bitcoin. De este modo se convirtió en uno de lo desarrolladores de Bitcoin Core, lo que hizo que pasara bastante tiempo trabajando mano a mano con Satoshi Nakamoto. Este dato no es anecdótico, pues la relación establecida entre ambos tendría una importancia capital poco tiempo después.
Como ya es sabido, muy poco tiempo después Nakamoto empezó a desvincularse de Bitcoin, momento en el que empezó a transferir los dominios más importantes a otros participantes en el proyecto. A finales de ese mismo año transfirió el control del repositorio de código fuente y la clave de alerta de la red a Gavin Andresen, convirtiéndolo así en la persona a la cabeza de Bitcoin. Solo una semana después de la desaparición de Satoshi, Andresen publicaría uno de los mensajes más importantes y recordados de los orígenes de Bitcoin:
«Con la bendición de Satoshi, y con gran renuencia, comenzaré a hacer una gestión de proyectos más activa para Bitcoin. Todos por favor sean pacientes conmigo; he tenido mucha experiencia en gestión de proyectos en startups, pero este es el primer proyecto de código abierto de cualquier tamaño en el que he estado involucrado.» Por fin Bitcoin tenía, como principal responsable, a una persona identificable.
El desafío que asumió, no obstante, era mayúsculo. Satoshi había sentado las bases de Bitcoin y Blockchain, pero los primeros pasos en su desarrollo fueron un tanto anárquicos, era necesario poner orden en el «caos ordenado» que era todo aquello en ese momento, detectar y corregir debilidades y fallos en las primeras versiones del software y, en definitiva, convertir una buena idea en un desarrollo.
Y aunque sus medios eran bastante limitados y anticipaba no tener experiencia en el mundo del código abierto, lo cierto es que no solo fue capaz de hacerlo, además lo completó en un tiempo récord y con unos resultados más que brillantes. Además de esto, que no es poco, también fue una propuesta suya el que se pusiera en funcionamiento la fundación Bitcoin,
Es justo afirmar que el padre de Bitcoin fue Satoshi Nakamoto, pero esta afirmación resultaría incompleta sin reconocer la enorme aportación de Andresen. Es más, todos los expertos coinciden en que, de no ser por la salida de Nakamoto y la toma del control por parte de Andresen, Bitcoin no habría llegado ni remotamente tan lejos como lo ha hecho.
Pese a su papel clave en el desarrollo de Bitcoin, diversas razones fueron haciendo que, poco a poco, se apartara de la cabeza, hasta que finalmente decidió dejar la dirección del proyecto, que pasó a manos de Van der Laan. Sin embargo, y a diferencia de Nakamoto, Andresen sí que se ha mantenido vinculado durante estos años al ecosistema de Bitcoin.
Imágenes: Sportsfile (Web Summit)
