Binance está explorando el potencial de las criptomonedas, en particular el Bitcoin, como activos refugio, profundizando en la dinámica macroeconómica, los mecanismos de las criptomonedas y las objeciones de los críticos.
En estos momentos, la incertidumbre está definiendo la economía mundial, con una constante inestabilidad de los mercados, interrupciones de la cadena de suministro y un aumento de la inflación como consecuencia de de pandemias y feroces conflictos regionales. Según datos del Fondo Monetario Internacional, la inflación media mundial alcanzó el 8,7% en 2022, más de dos puntos por encima del 6,4% registrado en 2008 durante la crisis financiera mundial. Aunque estas cifras han empezado a suavizarse en 2023, algunos expertos siguen alertando sobre la posibilidad de una recesión inminente, ya que las perspectivas económicas mundiales siguen deteriorándose ante las perturbaciones geopolíticas.
En momentos de incertidumbre como este, las personas suelen recurrir a activos de confianza para proteger el valor de su patrimonio y protegerse de los riesgos crecientes. Por lo general, se espera que estas inversiones, conocidas como «activos refugio», mantengan su valor durante periodos en los que el dinero fiduciario y la renta variable corren un mayor riesgo de devaluación. Así, en los últimos años, criptomonedas como Bitcoin han ganado cada vez más popularidad como activos refugio, ofreciendo alternativas innovadoras a las vías tradicionales.
Activos refugio
Los activos refugio son herramientas financieras que conservan o aumentan su valor durante periodos de turbulencias en los mercados. Estos activos actúan como una forma de seguro, ofreciendo estabilidad o incluso beneficios potenciales cuando otras inversiones se debilitan. Los ejemplos tradicionales más conocidos son el oro, que ha demostrado ser un depósito de valor fiable, y su valor suele subir durante las recesiones económicas, y los bonos del Estado, especialmente los de gobiernos estables como el de Estados Unidos, se consideran seguros porque están respaldados por una garantía de reembolso de un emisor creíble.
En la era digital, algunas criptomonedas han empezado a posicionarse como una clase de activos potencialmente “de refugio”. Activos digitales como el Bitcoin operan en una red descentralizada, lo que los hace resistentes a la interferencia gubernamental, un factor atractivo en tiempos de incertidumbre económica. A pesar de periodos de extrema volatilidad y espectaculares correcciones de precios, la trayectoria general del Bitcoin ha sido ascendente durante toda su historia, lo que ha despertado el interés por él como posible reserva de valor a largo plazo para protegerse de la inflación y la volatilidad de los mercados. Por eso a veces se hace referencia a BTC como «oro digital», destacando las características que comparte con el activo refugio más utilizado históricamente.
Sistema Fiat
El actual sistema monetario mundial se basa principalmente en el dinero fiduciario, con monedas respaldadas por la confianza en los gobiernos y los bancos centrales, en lugar de basarse en el oro u otras materias primas. En este tipo de sistemas, los bancos centrales pueden combatir la incertidumbre económica y la inflación ajustando los tipos de interés o los coeficientes de reserva, al igual que también pueden aumentar la oferta de dinero para estimular el crecimiento.
Aunque esta naturaleza reactiva de la política monetaria ofrece la ventaja de la adaptabilidad, también puede servir para exacerbar los problemas de la economía si una decisión política resulta ineficaz. Esto enlaza directamente con la naturaleza de la política monetaria en el sistema financiero actual, que emplea procesos centralizados de toma de decisiones. Las vulnerabilidades de este sistema han llevado a muchos a desconfiar de él y a buscar alternativas. De ahí el atractivo de las criptomonedas, que surgen de su naturaleza descentralizada y algorítmica.
¿En qué se diferencian los criptoactivos?
La descentralización de las criptomonedas implica que no dependen de ninguna autoridad central, y su dinámica monetaria está dictada por algoritmos y no por decisiones humanas. Los activos digitales están diseñados para comportarse de forma diferente a los instrumentos financieros tradicionales, lo que refleja la visión fundacional de esta clase de activos de crear un sistema libre de los problemas estructurales de las finanzas tradicionales.
Esta visión es la razón por la que se está produciendo la aparición de una amplia gama de criptomonedas, cada una de las cuales experimenta con la mecánica financiera tradicional a su manera e intenta mejorarla. Una característica común que las define es la interacción entre dinámicas inflacionistas y deflacionistas. Nótese que los términos «inflacionista» y «deflacionista» se refieren aquí a cambios en la oferta de monedas y no a cambios en el precio, como en el uso económico tradicional.
Criptomonedas Inflacionistas vs Criptomonedas Deflacionistas
Las criptomonedas inflacionistas están diseñadas para experimentar un aumento gradual de su oferta circulante a lo largo del tiempo. Esto ocurre a través de varios mecanismos, como la minería o el “staking”. La idea de base es similar a la de las monedas fiduciarias, en las que los bancos centrales imprimen más dinero ya que la inflación se introduce para incentivar la seguridad y la participación en la red, y para reponer las monedas perdidas. Sin embargo, el aumento de la oferta, si supera a la demanda, puede conducir a la depreciación con el tiempo, al igual que en las monedas fiduciarias.
Las criptodivisas deflacionarias, por otro lado, están diseñadas para disminuir su oferta con el tiempo. Esto sucede a través de varias herramientas, como la quema o la reducción a la mitad, donde una cierta porción de tokens se retira permanentemente de la circulación. Esta reducción de la oferta puede conducir a un aumento del valor de cada token con el tiempo, si la demanda se mantiene o aumenta, recompensando a los titulares que conserven sus activos a largo plazo.
