El mundo de las criptomonedas puede llegar a ser realmente abrumador, tanto para los que están dando sus primeros pasos, como incluso aquellos usuarios que ya cuentan con cierta experiencia. Y es que con nuevas cripto naciendo a diario, resulta complicado el poder determinar si un valor puede tener algún recorrido interesante o es mejor huir.
En este sentido, llama la atención un nuevo estudio desarrollado por Chainalysis en el que se afirma que alrededor de una cuarta parte de los nuevos tokens criptográficos lanzados el año pasado (contando sólo los que adquirieron algún valor) demostraron ser estafas a corto plazo, capaces de quedarse con la inversión de sus compradores a la semana de su lanzamiento.
El estudio, analiza las estafas conocidas como «pump-and-dump» que implican normalmente cripto tokens o activos digitales basados en blockchain. En estas estafas, el promotor «bombea» el precio de un activo que se posee, anunciándose por todo lo alto como ese nuevo valor en el que hay que estar y, cuando el precio sube, vende toda su participación sin previo aviso, lo que provoca que ese valor se desplome, llevando a los inversores a perder prácticamente todo el dinero.
Estafas basadas en monedas cripto
Tal y como explican los investigadores que han trabajado en este estudio, sólo una pequeña fracción de los más de un millón de criptotokens creados en 2022 (9.902) convencieron alguna vez a alguien para que los comprara, esperando obtener algún valor por su inversión. De estos, descubrieron que el 24% eran descarados «pump-and-dumps» a corto plazo perpetrados por el creador del token, que se deshizo de ellos en su primera semana a la venta.
Más sorprendente resulta el hecho de que en realidad no son tantos los individuos que emplean estas técnicas y se encontraron, rastreando el dinero de las criptocarteras, que existe todo un movimiento de los que podríamos denominar como «estafadores en serie». Así, descubrieron a unos 445 individuos u organizaciones que realizaron más de una estafa a corto el año pasado; de estos 23 realizaron más de diez y uno llegó a involucrase en nada menos que 264.
Sin embargo y a pesar de la cantidad, el informe también ha detectado que no son especialmente rentables. El botín total (o pérdida, para las víctimas de los estafadores) fue de «sólo 30 millones de dólares» el año pasado, lo que representa un 0,5% de los 5.900 millones de dólares en ingresos totales por estafas on-line que Chainalysis registró en 2022. No obstante, los resultados ponen de manifiesto hasta qué punto el mundo de las criptomonedas se ha convertido en un espacio en el que hay que moverse con mucha cautela.
