La especulación, la opacidad y la incertidumbre que gira en torno a las criptomonedas tienen los días contados a partir de la implantación de una nueva regulación por parte de la Comisión Europea; MiCA.
Europa no puede seguir mirando hacia otro lado, y las tecnologías como el blockchain han llegado para quedarse. Igual que las transferencias y los pagos con tarjetas sustituyeron a los pagos en efectivo, y los bizzums a los pagos con tarjeta para ganar mayor privacidad y comodidad, la tendencia del mercado bursátil es que pocos años las transacciones con criptomonedas estén generalizadas.
Antes de que llegue ese momento la UE se quiere adelantar, poniendo freno a los fraudes y otros problemas que afectan al sector, como la reciente quiebra de plataformas como FTX y el desplome global de las criptomonedas en 2022.
El Banco Central Europeo (BCE) ha llegado a definir a este segmento económico como el ‘Salvaje Oeste’, debido a que impera la anarquía y existen pocas regulaciones y controles estatales. Pero con esta medida revolucionaria, que se anticipa incluso a China y a EEUU, se aportará seguridad jurídica a las empresas que apuestan por ello. Se acaba de forma tajante con los ‘chiringuitos financieros’ y las falsas promesas de influencers y conocedores del mercado, erradicando los fraudes.
Las obligaciones de MiCA
Markets in Crypto Assets sirve como respuesta al avance del universo de los criptoactivos y de las stablecoins. El objetivo no es otro que proteger a los inversores y preservar la estabilidad financiera a la vez que se permite la innovación y atraer a nuevas empresas al sector, pero siempre bajo parámetros de seguridad.
MiCA obligará a los emisores (los que producen criptomonedas), a las plataformas de intercambio (como Binance, FTX o Coinbase) y a las plataformas que realizan la gestión de billeteros (los ‘Wallet’) a cumplir con requisitos exigentes para poderse registrar y obtener una licencia que les dé la posibilidad de operar en el continente europeo. Dicha autorización podría tardar, como máximo, tres meses en llegar.
Sólo los tokens no fungibles (NFTs), por voluntad propia del legislador, están fuera del alcance de esta normativa.
Así pues, todas las empresas que operen con criptoactivos deberán tener su sede física en la UE y a seguir numerosas condiciones para que el inversor pueda comprobar que existen fondos para protegerse frente a riesgos de quiebra. No obstante, muchas de esas normas no se prevén que entren en vigor hasta pasados 18 meses, por lo que no estará plenamente activa en 2023.
Con MiCA se establece la obligatoriedad de que las plataformas de compra-venta de criptoactivos adviertan a los consumidores sobre el riesgo de sufrir pérdidas.
Su contribución a la sostenibilidad
Resulta extraño, pero además de permitir que el mercado de los criptoactivos recupere su credibilidad y confianza frente a los usuarios, MiCA velará por el cumplimiento de la normativa medioambiental vigente.
Hay que tener en cuenta que este tipo de inversiones requiere de muchísima potencia informática para poner en circulación a los activos. De ahí que las empresas estén obligadas a publicar su consumo de energía, cambiando la mentalidad del sector.
De hecho, la red que sostiene la criptomoneda Etherum ha sustituido el método de fabricación de ésta, que era 100% de origen minero, por otro que resulta ser un 90% menos contaminante.
MiCA se engloba dentro del Paquete de Finanzas Digitales (Digital Finance Package) para regular las infraestructuras basadas en la red de registro distribuido (DLT), es decir, el blockchain.
Con el avance regulado se permitirá que los criptoactivos sigan avanzando y se conviertan en un sistema de pago masivo con monederos vinculados a la red blockchain a la que accederemos únicamente con una clave privada y conexión a Internet.
El supervisor europeo en materia de mercados, la ESMA (Autoridad Europa de Valores y Mercados), podrá intervenir o prohibir plataformas criptográficas si no se protegiesen a los inversores o si la integridad del mercado y la estabilidad financiera se viesen amenazadas.
Sin lugar a dudas, MiCA supone un hito para proteger a los consumidores, impulsar la innovación y adaptar las criptomonedas, en una mentalidad de seguridad, a la Unión Europea.
