La buena noticia para Sam Bankman-Fried es que, durante los últimos días, se ha convertido en una de las personas más reconocidas del ecosistema de las criptomonedas. La mala es, claro, que lo ha logrado a fuerza de hacer mal las cosas y de convertirse en un apestado a escala planetaria. Algo bien merecido, desde luego, pues lo que se ha revelado tanto sobre su estilo de vida como sobre su gestión, tira por tierra la imagen de sí mismo que se ha dedicado años a proyectar.
De poco han servido, igualmente, las explicaciones y las disculpas con las que, a través de Internet, ha intentado lavar su imagen en la medida de lo posible. Ya hemos visto múltiples y muy taxativas declaraciones al respecto, como la de Jake Chervinsky, Head of Policy en la Blockchain Association, que se resumen en que lo ocurrido con FTX no ha sido un fallo, no, ha sido un fraude. Y no parece ir muy errado pues, obviamente respetando su presunción de inocencia hasta poder acreditar lo ocurrido, la situación legal de Bankman-Fried se va tornando más y más oscura cada día que pasa.
Según podemos leer en Bloomberg, las autoridades de Bahamas, donde reside Sam Bankman-Fried, ya lo interrogaron el pasado sábado y, según una fuente, está colaborando con las autoridades, si bien no ha sido arrestado ni puesto bajo custodia, aunque podemos entender que sí que se está llevando a cabo cierto control sobre dónde se encuentra, pues el riesgo de fuga ha protagonizado bastantes de las conversaciones sobre la situación actual de FTX y cómo podrían reaccionar los directivos de la compañía de iniciarse procesos legales contra ellos.
13) My goal—my one goal—is to do right by customers.
I’m contributing what I can to doing so. I’m meeting in-person with regulators and working with the teams to do what we can for customers.
And after that, investors. But first, customers.
— SBF (@SBF_FTX) November 15, 2022
Pero no solo las autoridades de Bahamas están interesadas en hablar con Bankman-Fried, también el Departamento de Justicia de Estados Unidos en Washington y la Oficina del Fiscal del país para el Distrito Sur de Nueva York desean poder interrogarlo. Para tal fin, se están manteniendo contactos entre funcionarios de ambos países, que se habrían intensificado especialmente estos últimos días, a medida que van contando con más información sobre la gestión de FTX y cómo ha llegado a la situación de bancarrota.
Al menos de momento, todas las partes implicadas en el proceso (autoridades de Bahamas, de Estados Unidos y la defensa de Sam Bankman-Fried) se niegan a hacer declaraciones, pero ha trascendido que el principal responsable de FTX dice no tener conocimiento alguno de estas acciones, por parte de la justicia estadounidense, para pedir su expatriación con el fin de interrogarle o tomarle testimonio, en función de su estatus legal cuando se produzca tal encuentro.
Sí que parece haber coincidencia, en todas las partes, en la actitud colaborativa por parte de Bankman-Fried, por lo que podemos entender que es bastante probable que dicha declaración no se postergue demasiado en el tiempo, pues la relaciones entre Estados Unidos y Bahamas también son bastante fluidas. No obstante, y dado que FTX tiene su sede en Bahamas, es probable que los investigadores y reguladores del archipiélago deseen mantener cierto control sobre la ubicación de Bankman-Fried.